Pampa de los Guanacos

Nuestro camino iba hacia el Parque Nacional Copo y la Reserva del Loro Hablador, en la provincia de Santiago del Estero. Ahí pensábamos acampar y con suerte ver algo de fauna salvaje en libertad. Había que llegar a Pampa de los Guanacos y de ahí por caminos de tierra ir hacia el Parque y la Reserva.

Todo el rato vamos paralelos a la vía del tren que creemos es solo de mercancías porque apenas pasan trenes. De camino vimos bastantes campos de algodón, así como de la omnipresente soja. Paramos en la única población que había entre las dos pampas, Los Frentones, donde comimos unos bocadillos.

La comida en esta zona de Argentina no es muy variada y se compone sobre todo de milanesas, empanadillas y asados o bocadillos de carne (de vaca) o pollo. Entrabamos en Santiago del Estero, pero en esta zona norte no tiene muchos esteros y sí en cambio plantaciones de cereales propiedad de multinacionales como Monsanto y otras. Vimos también que había un desvío a la Reserva del Loro Hablador por un camino de tierra lleno de barro y de 115 km. Así que, adiós loros.

Al llegar a Pampa de los Guanacos vimos la sede de la intendencia del Parque Nacional Copo y fuimos a pedir información sobre cómo llegar y dónde acampar. Tristemente nos dijo que los dos senderos de acceso al Parque estaban imposibles por el barro y que aunque llegáramos no se podía acampar porque había un puma que ya había matado ganado. No nos quedó más remedio que dormir en Pampa de los Guanacos pues se nos hizo tarde para seguir pedaleando y el siguiente pueblo ya estaba a 30 km. No había puesto de gasolina de 24 h, no nos dejaron en un polideportivo municipal y en la iglesia que buscamos no había nadie. Tampoco había bombero, con lo que fuimos a la policía donde nos duchamos, cocinamos y nos acostamos pronto en la tienda.