Salta

Llegamos a una ciudad hermosa muy bien preservada y en un entorno inmejorable, los Andes

A la mañana teníamos unos 25 km hasta tomar el desvío hacia Salta. Pasamos por delante de dos elementos característicos de la sociedad argentina: una zona de culto a la Difunta Correa, a San La Muerte y al Gauchito Gil. Luego en la zona de Palomitas un monumento que recordaba a víctimas de la dictadura. Llegamos así hasta al empalme con el desvío hacia Salta y comimos una boloñesa en un puesto de gasolina y probamos la media luna salteña (croissants), muy buenas.

El camino hasta Salta ya era todo subida. La ciudad está a unos 1200 msnm. La subida era tendida sin grandes rampas hasta los kilómetros finales. Al inicio no había casi banquina y tenía mucho tráfico, pero a los pocos km apareció la banquina que llegó casi hasta la ciudad. Lo único desagradable del día, un salteño que nos negó el agua de muy malas maneras.

Las montañas eran cada vez más imponentes y tras una dura y larga última subida contemplamos unas montañas que nos dejaron sin aliento. Una visión increíble que justificaba todo el viaje. Luego un peaje y la entrada a Salta por la colectora (circunvalación). En Salta nos iba a recibir Germán y su familia que viven en el centro de la ciudad. Germán está preparando su viaje hacia Europa el próximo mes de julio e intercambiamos consejos. Su casa es muy grande y tiene adosada una fábrica de fideos que ya fue de su abuelo, muy hermosa y tradicional. Allí trabaja él con su padre, Joé, aunque su nombre es Eduardo, de origen sirio. Aquí en Argentina rara es la persona que no tiene un mote o apodo. En tantos días pudimos conocer a toda la familia si bien en la casa vivían German, su hermano Gastón y sus padres Joe y Anai. Con ellos aprendimos una nueva receta, empanadas árabes.

Preparando un asado argentino con Germán y su padre, Joé

En Salta quedamos 4 días en los que arreglamos las bicicletas y compramos recambios además de visitar una ciudad con mucha historia, una de las cunas de la independencia Argentina y lugar de nacimiento de uno de sus protagonistas, el general Güemes. Salta tiene además una rica historia prehispánica pero todo esto lo dejamos para contar en una futura entrada en la que os contaremos más cosas de este hermoso lugar.

Paseo Balcarce, una de las calles más famosas de la ciudad donde actuan las «peñas», grupos de música folclore argentina

Una de las cosas que visitamos fue el entorno de yuncas de San Lorenzo. Las yuncas son formaciones vegetales cambiantes a medida que se va subiendo por la ladera, con tres áreas diferenciadas: en la base selva pedemontana con árboles de gran tamaño y con  mayor biodiversidad biológica, le sigue la zona más húmeda, la selva montana, y en lo más alto el bosque montano con menos bodiversidad y zonas más abiertas. Para nuestra sorpresa, pájaros que pensábamos tropicales como las cotorras, los colibríes o los tucanes son habituales en Salta. La región de San Lorenzo además de muy bella es conocida porque en ella fueron asesinadas y violadas dos chicas francesas que, casualidades, estaban haciendo una auditoría ambiental de la región. Las malas lenguas dicen que los verdaderos culpables siguen sueltos y que se encerraron a unos “perejiles” (cabezas de turco).

Subiendo la Quebrada de San Lorenzo
En el mirador hay este monumento a Cassandre Bouvier e Houria Moumni conocidas como “Los Angeles de Salta”.

Aprovechamos para dar las gracias y recomendar al Almacén de bicis Comué, que no nos cobró por el montaje y arreglo de las bicis, así como a Ramón de warmoshower que también nos ayudó a un precio que fue la voluntad y a la tienda Manresa que nos hizo precios muy buenos para todos los recambios que compramos, además de buenos consejos para la ruta.

11 mayo, 2017