Maray, pie de la cuesta
Seguimos por la Quebrada de Escoipe, subiendo por una carretera muy dura entre montañas gigantes
¡Bienvenidos a la dureza de los Andes! Iba a ser un día de mucho pedalear con apenas descansos en la Quebrada de Escoipe. Para empezar el día, un tramo inicial que bicicleteamos junto al río a causa de un desvío. Mirábamos con algo de envidia a los turistas que nos adelantaban en furgonetas, aunque no sabe tan bien como subir la cuesta en bici. La mañana empezó fría, hay una gran amplitud térmica en esta zona, porque a partir de las nueve de la mañana el día ya se pone calentito.
En esta zona las montañas tienen vetas de distintos minerales y piedras. Predomina el rojo pero también había tonos verdes, tal vez de litio o alguna piedra como la variscita. El paisaje nos tenía eclipsados y era difícil hacer 500 metros sin sacar una foto o hacer un vídeo. Es un paisaje árido, en una zona con poca lluvia y donde empezamos a ver cardones, un tipo de cactus muy grande que indica la sequedad de estas montañas.
Llegamos al mediodía al Maray y decidimos pasar ahí la noche tras algo más de 20 km de subida. De nuevo comidas típicas: milanesa y empanadas de pollo que encargamos para el día siguiente. Estábamos ya a unos 2250 msnm y como la noche se prometía fresquita, hicimos un fuego hasta pasar directamente a la tienda.
¡Buenísima la primera foto! ¡Y qué bueno es todavía hallar gente que se maraville con esos paisajes! ¡Sigan así chicos, los admiramos profundamente!
Son paisajes que dejan sin aliento por doble razón: lo bonito y lo duro que es pedalear por ellas jejj
un abrazo!