La solidaridad de los bomberos de Santa Cruz

Descansando en «Casa de Heróis»

Tras una noche de no dormir muy buen, avanzamos hacia el oeste de Río con la idea de  pasar la noche en el Cuerpo Militar de Bomberos de Santa Cruz. Su solidaridad y hospitalidad nos ha sobrepasado.Hicimos un recorrido tranquilo dejando Barra de Guaratiba para coger la ciclovía que va paralela a la Avenida de las Américas.

Por el camino nos encontramos lagunas a ambos lados con cangrejos y algún yacaré (caimán) pequeñito. Los cangrejos huían de nosotros cada vez que parábamos a intentar hacerles una foto.

Un cangrejo fugitivo

Después de pasar buena parte del día pedaleando entre montañas llegamos a Santa Cruz donde fuimos a buscar el cuartel de bomberos. Mucha solidaridad: el bombero Almeida nos recibió y tras una consulta rápida nos dio permiso para entrar. En la imagen destacada estamos yo (Dani), a mi izquierda el bombero Costa Maia y a mi derecha el bombero Almeida (creemos que era el superior de la estación)

Nos dieron de comer y de cenar, pastel, manzanas y nos dejaron duchar y un sitio para dormir dentro del comedor para huir de los mosquitos. Entre las cosas que comimos probamos la farofa (harina de mandioca), que en España recuerda un poco a las migas de harina no de pan.

Sandra con nosotros

Pero además nos dieron muchas sonrisas y la bombera Sandra nos dio muchos consejos para el viaje y próximas paradas. No llegamos a los bomberos de casualidad. Fue gracias a la página de otro cicloviajero Andres Campaña, ecuatoriano que había pasado por aquí antes en su viaje por Brasil.

Dos citas vimos en las paredes de los bomberos, una un pasaje de los Corintios, la otra de Goethe. Que cada persona elija o se quede las dos.

21 enero, 2017