Granja «La Belén»

Una semana de voluntariado entre frutillas y tomateras en una granja ecológica

En Paraguay abundan los monocultivos a base de plaguicidas de síntesis. La soja por ejemplo le ponen insecticidas no solo para que resista las plagas sino también para que se seque antes y pueda generar rendimientos más rápido. Esto nos lo contaron los propios paraguayos que no consumen la soja que se vende en los supermercados porque saben cómo se cultiva. Hay pequeños negocios familiares que practican una agricultura no intensiva y nosotros trabajamos por una semana en una granja de este tipo cerca de Areguá, capital de las frutillas (fresas). Llegamos justo cuando estaban preparando su plantación. Además de frutillas cultivan otras verduras y hortalizas, dónde no falta la mandioca, las tomateras, calabazas, cebollitas, acelgas y muchas más.

Floripondio
Zinia
Penacho colorado

También tenían una buena variedad de frutales, sobre todo cítricos y también mangos, mamon y bananas. Lo que más nos atrajo fue que cultivaran también plantas medicinales y probamos una de ellas, el burrito, que sirve entre otras cosas para ayudar en las digestiones.

La granja se sitúa cerca del lago Ypacaraí que recibe las aguas no tratadas de varios municipios, contaminación por el curtido de las pieles, así como las tierras sucias de varias granjas, con lo que a pesar de ser un lago bonito, sus aguas están contaminadas.

Lago Ypacaraí
Lo que queda de los trenes en Paraguay, el primer país de América del sur en tener tren y que ahora está totalmente desmantelado

Aprovechamos el fin de semana de descanso para ir a conocer la zona del Salado, una zona de humedales cerca de la población de San Bernardino, justo al otro lado del lago de dónde estábamos. Fueron cerca de 100 km dar la vuelta al lago y tuvimos un poco de todo: sol, viento, lluvia, tormenta y un pinchazo. Parte del recorrido pudimos hacerlo por la primera ciclovía construida en Paraguay. La zona de San Bernardino es residencial y hay segundas residencias, lo que contrastaba con algunas viviendas humildes que había cerca de nuestra granja.

Algunos arcenes en Paraguay están muy estropeados en algunos tramos, como este de aquí entre Areguá y Luque
La Coca Cola está muy presente en Paraguay con anuncios como este, sexista, y a un precio muy bajo como 0,28 céntimos de euro la botella de vidrio de 200 ml, más barata que el agua

El trabajo en la granja no fue duro, no había un horario rígido que cumplir. Se empezaba pronto, sobre las siete y a las doce como muy tarde había terminado. El resto del tiempo era libre con la voluntad de cada cual de ayudar un poco en las tareas de organización del grupo de personas que estábamos. No fue perfecto tampoco porque no había ducha con agua caliente y los mosquitos eran una pesadilla, sobre todo la primera noche en la tienda de campaña, donde por el calor tuvimos que abrir y nos comieron. Nos hubiera gustado aprender más de plantas medicinales pero en una semana tampoco dio para tanto.

10 abril, 2017