Allá vamos
Lluvias torrenciales y mucho peso
Tras disfrutar de un día tranquilo, un baño en el mar y una agua de coco, llegó el momento de preparar nuestras cosas para la primera ruta. Conseguimos meter todo en las alforjas y la mochila. ¡La bicicleta va bien pesada!
Lo que debía ser un viaje bastante tranquilo y corto por la ciclovía junto a las playas y hasta la casa de Gustavo, nuestro primer anfitrión de warmshower, una plataforma que pone en contacto a ciclistas que viajan por el mundo.
Ahora bien, el verano en Río trae mucha agua y nuestro viaje tranquilo se transformó en un viaje de 25 km bajo una lluvia muy intensa que nos siguió todo el trayecto. Nuestra puntería garantizó que comenzará a llover nada más salir del hostel y duró hasta llegar a casa de Gustavo. La lluvia aquí es realmente intensa y dura mucho tiempo. Creo que nunca vimos llover así o por lo menos hacía muchos años que no lo veíamos.
En cuanto a la estadía con Gustavo, esta fue extraordinaria y recomendable para quien pase por la zona de la Barra de Tijuca (Barra Sul). Gustavo nos recibió muy bien, nos pudimos dar una buena ducha, comer una deliciosa pizza vegetariana y beber guaraná, una bebida típica de aquí. Fuimos aconsejados sobre rutas y sitios donde quedarnos y donde no quedarnos en Rio de Janeiro.
Otro consejo es llevar básicamente lo indispensable de ropa y de todo. Pedalear con tantos quilos no es fácil. A veces cuando pensamos que tenemos lo indispensable, al final te das cuenta que llevas cosas que no vas a usar. La casa de Gustavo, por tanto, fue el primer sitio donde dejamos cosas atrás.