Descansando en la casa de ciclistas de Foz do Iguaçu

En la triple frontera con Paraguay y Argentina, y al lado de las cataratas de Iguaçu

Al día siguiente, como no, el neumático estaba vacío, y Celso el padre de Maicon nos regaló dos cámaras nuevas, una bomba para hincharlas y nos ajustaron la bici para poder seguir el trayecto. Tras varios días de pinchazos, llegamos a Foz con los neumáticos llenos, ya ni recordábamos que era pedalear tranquilos. Llegábamos así al final de nuestra primera etapa: Rio de Janeiro – Foz do Iguaçu, con más de 1600 km de bici, un par de autobuses, una media carona (trayecto en coche con Marcos y Magda) y algunas barcas. En total 1873 km.

La ciudad de Foz do Iguaçu se encuentra en un lugar de triple frontera entre Brasil, Argentina y Paraguay. Además de las Cataratas de Iguaçu, una de las siete maravillas del mundo, nos encontramos también con la Casa de Ciclistas de Foz do Iguaçu, un espacio acogedor con todo lo que un cicloviajante pueda necesitar: cocina con horno, nevera, micro-ondas, ducha caliente, seis camas, sala con sofá y TV y un porche con hamacas y mesa para comer fuera. De tres días, nos acabamos quedando una semana.

Hay diversas casas de ciclistas por todo el mundo (foto) que se preocupan por recibir y apoyar todas las personas que usan la bicicleta para viajar. La de Foz comenzó a recibir cicloviajantes a finales de 2012 y desde entonces ya han pasado por aquí más de 400. La casa está administrada por la Associação de Ciclistas das Cataratas do Iguaçu (ACCI), una entidad que fomenta el uso de la bici como alternativa a los vehículos de motor.

En la casa hay un libro de registro para que las que pasamos dejen un comentario

Esta pausa está sirviendo para reflexionar sobre estos dos meses por Brasil y para organizar lo que viene: el norte de Argentina y el sur de Paraguay. Así que además de mucho descannso y comer bien, estamos conociendo la ciudad y preparándonos para el plato fuerte, visitar las Cataratas do Iguaçu.

10 marzo, 2017