Debía ser un día normal, pero…
Tras un día difícil dormimos en Cantagalo con William
Todo indicaba que iba a ser um día normal por la BR-277 hasta Cantagalo. En total 78 km de subidas, bajadas y dolor de piernas. Pero la cosa no fue tan normal. Nos pilló lluvia por la mañana, en lugar de por la tarde o noche como suele suceder, lo que nos obligó a parar en un café para cambiar la ropa empapada mientras esperábamos que parará con un té. Como no paraba acabamos por comer allí mismo y afrontar luego los 50 km restantes.
La lluvia nunca desapareció del todo y la comida nos dejó un poco llenos. Para acabarlo de arreglar la alforja comenzó a desmontarse, con lo que volvimos a parar y a desmontar de nuevo las mochilas mientras apretábamos las alforjas.
Todo parecía ir bien y cuando 7 km de llegar pinchamos una rueda trasera, lo que implica, efectivamente, volver a desmontar las alforjas. Arreglado y hasta Cantagalo 7 km de subida donde nos encontramos con William, amigo de António de Guarapuava.
William venía de hacer una media iron man de triatlón, pero como había sido ciclista profesional, estaba bastante entero. En su casa nos enseñó sus pequeños tesoros de ciclismo en ruta y charlamos bastante de ciclismo y del camino que teníamos por delante.