Cananéia
Un fin de semana en el Camping Caiaque con Donato y Silvana haciendo voluntariado y disfrutando de esta ciudad histórica
Decimos adiós a Ilha Comprida cogiendo una balsa para la ciudad histórica de Cananéia, que según nos dicen fue la primera población portuguesa del Brasil.
No sabemos en qué lugar de Cananéia durmieron los primeros portugueses en llegar a Brasil pero nosotros lo hicimos en el Camping Caiaque. Ya antes habíamos hablado con los dueños, Silvana y Donato, que esperaban nuestra llegada. El camping está situado en el centro de la ciudad, a diez minutos de la plaza central, y cuenta con más de 4.000 metros cuadrados para acampar con una flora característica de la región, donde destaca un tipo de árbol, el inga, de largas ramas que dan mucha sombra y lleno de bromelias. Donato y Silvana nos dijeron que en las bromelias viven los gambá (un mamífero marsupial).
El camping cuenta también con un espacio de posada con habitaciones con baño. Los espacios comunes son las duchas y baños, una cocina, muy acogedora y bien equipada, con un ventilador para los duros días de calor, es decir casi todo el año. Cuenta además con tres frigoríficos y un salón con sofás, mesa y televisión. También dispone de fregadero y de máquina para lavar la ropa.
En el camping hay bananeras y poder comer una banana directamente cogida del árbol es todo un privilegio. Nos sentimos tan bien en el camping que lo que debía ser una noche se transformó en tres días. Vimos de nuevo los lagartos, arañas grandes y teníamos siempre la compañía de gatos, perros y pájaros que se comen los frutos de las ingas.
En cuanto a Cananéia, el conquistador portugués Martim Afonso de Souza llegó en 1531 y poco después se produce oficialmente la fundación de la ciudad, que hasta día de hoy preserva una arquitectura colonial, si bien las casas han sido restauradas.
Además de conocer la vila de Cananéia realizamos lo que podemos considerar nuestro primer workaway, pues cambiamos la estadía en el campin por una pequeña mano de obra. Ayudamos a barnizar la madera de pino de la entrada y limpiamos un poco el área de camping cortando las hojas secas de los bananeros.
Aprovechamos para limpiar bien las bicis, después de hacerlas rodar por la playa era necesario, y ajustar el desviador y los ejes. Tuvimos ayuda de una tienda de bicicletas.
Por tanto, pasamos un fin de semana muy agradable en una ciudad considerada por la Unesco como Patrimonio Natural de la Humanidad. Es en Cananéia donde se sitúa el Parque Estadual Ilha do Cardoso que conserva el mismo paisaje que vieron los primeros conquistadores portugueses hace 500 años. También se encuentra el Parque Estadual Legamar de Cananéia que cuenta con el mayor trecho continuo de Mata Atlántica de todo Brasil.
Buenas fotos guey! Os iba siguiendo por aquí en silencio, pero llegados a este punto hay que decir que dais mucha envidia!!! Pero de la sana. Como sano está el romero plantado de raíz…
Saludos desde el otro lado
Mi querido tomillo, que fotos buenas sí señor. El litoral paulista es muy bonito el trozo este de las islas.
un abrazo grande de los dos
no corras mucho, cuidate y cuida del romero