Laranjeiras do Sul

Pese al nombre no había muchos naranjos (laranjeiros) en el pueblo

Tras enseñar a William lo buena que está una tortilla, comenzamos a pedalear a las casi tres de la tarde, algo ideal en Brasil y en verano. Teníamos solo 32 km por delante pero un desnivel de más de 500 metros, nada mal.

Al llegar a Laranjeiras la couchsurfing que nos debía recibir no lo hizo, así que fuimos a los bomberos. Por un problema con otro cicloviajante no nos dieron permiso para dormir en el cuartel. Íbamos a dormir al lado de los bomberos, cuando llegó Neusa, la mujer del cabo Gilberto y ambos nos invitaron a pasar la noche en su casa con su familia. Allí dormimos con Neusa y sus dos hijas, Maria y Gabriela, dos soles.

 

6 marzo, 2017